Tuesday, July 24, 2012

LA CONSPIRACIÓN CUBANA (DIEZ) EL CASO WIELAND (II)


Los oscuros orígenes de William Wieland alias Arturo Montenegro.

En el 2001, Eric Paul Roorda escribió un acucioso artículo titulado “McCarthistas en Camelot: La ‘pérdida’ de Cuba, la homofobia y el escándalo de Otto Otepka en el Departamento de Estado de Kennedy”. En el mismo, el autor denuncia la injusta “cacería de brujas” de la cual fueron objetos miles de funcionarios del Departamento de Estado bajo la sospecha de homosexualismo y/o de ser comunistas(1)

El artículo se concentra en el enfrentamiento del presidente John F. Kennedy y el Secretario de Estado Dean Rusk contra el Subcomité del senado para la Seguridad Interna (Senate Internal Security Subcommittee o SISS en inglés).

El SISS comenzó sus funciones en 1951 para investigar la administración de las leyes relacionadas con la seguridad interna de los EE.UU. y las actividades subversivas contra estos. Su creación fue consecuencia directa del llamado macartismo.

Hoy día, el macartismo es considerado como una irracional “cacería de brujas”, mayormente motivada por acusaciones de deslealtad, subversión o traición a la patria, basadas en prejuicios o malas intenciones antes que en evidencias.

De hecho, en la década de los 50, muchos profesionales, intelectuales, pedagogos, artistas y funcionarios, entre otros, fueron víctimas inocentes de persecuciones y represiones engendradas por prejuicios, intrigas, paranoias y hasta vendettas en medio de la histeria anticomunista generada por la “amenaza roja” durante la guerra fría.

Pero, lo que menos se ha destacado es que condujo al descubrimiento de varias redes de espionaje en lo profundo del gobierno norteamericano.

El macartismo fue el resultado lógico de la agudización de la Guerra Fría con la expansión soviética por Europa del Este, el primer ensayo nuclear de la URSS, la revolución comunista en China en 1949 y la Guerra de Corea.

El problema real residía en el hecho que todas las organizaciones afiliadas de una u otra forma al COMINTER (la Tercera Internacional Comunista) eran en realidad instrumentos de espionaje y subversión por parte de la URSS(2).

Durante la larguísima administración de Franklin Delano Roosevelt (FDR), había ocurrido un franco acercamiento a la URSS, a los comunistas chinos de Mao Zedong y al movimiento comunista internacional en general bajo la excusa de ser aliados en la guerra contra las potencias del Eje, i.e., Alemania, Italia y Japón(3).

El acercamiento del gobierno americano al comunismo internacional les dio carta blanca a personas de filiación de izquierda y hasta miembros del partido comunista para ingresar ampliamente en las agencias del gobierno americano, los medios, los predios académicos, etc. (4)

En 1950, el senador Joseph McCarthy ganó la atención de la opinión pública sobre la peligrosa influencia de los comunistas en el Departamento de Estado, la cual incidía negativamente en la política exterior americana.

Uno de los argumentos más poderosos de los macartistas fue la llamada “pérdida” de China.

Para los macartistas, la “pérdida” de China fue causada principalmente por la negativa del Departamento de Estado a continuar ayudando al gobierno nacionalista de Chiang Kaishek, lo que propició la caída de este y el ascenso al poder de los comunistas liderados por Mao Zedong en Pekín.(5)

Al calor de las denuncias contra el Departamento de Estado sobre la “pérdida” de China, en diciembre de 1950, se crea el Subcomité del senado para la Seguridad Interna o SISS. El mismo será muy conocido popularmente como casi un tribunal protofascista a través de las películas de Hollywood, que nunca le perdonará el acoso de que fueron objeto muchos creadores cinematográficos.

Sin embargo, el SISS centró sus investigaciones en las agencias del gobierno y en el Departamento de Estado específicamente.

Un decenio después de su creación, en 1960, el SISS renovó sus ataques al Departamento de Estado con el argumento esta vez de la “pérdida” de Cuba (1).

Al subcomité senatorial habían llegado denuncias sobre la intervención de funcionarios del Departamento de Estado en la caída del gobierno de Fulgencio Batista en Cuba y el ascenso de Fidel Castro al poder.

La cabeza visible de esta pretendida conspiración era William Arthur Wieland, a la sazón Director del Buró para México y el Caribe de la Subsecretaría de Estado para América Latina.

A Wieland, entre otras muchas cosas, se le acusaba de haber sido el principal causante de la caída del gobierno de Batista, del ascenso al poder de Fidel Castro, además de ser comunista y homosexual por añadidura.

Roorda considera que el caso Wieland fue resultado de los ciegos prejuicios del macartismo y la homofobia.

En 1962, informes sobre las investigaciones del SISS sobre “la pérdida de Cuba” y el caso Wieland se filtraron a la prensa y toda una tormenta mediática se cernió sobre el gobierno de John F. Kennedy precisamente en medio de la crisis de los misiles (6).

Es cierto que a nombre del macartismo se generaron demasiadas injusticias y se exacerbó la homofobia tradicional. Sin embargo, si observamos de cerca los hechos que rodearon el caso Wieland, veremos que este va mucho más allá del macartismo, la cacería de brujas, la histeria anticomunista, la homofobia, el anticristo e, incluso, de la propia persona de William Wieland.

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El 27 de agosto de 1960, comenzó en Washington una nueva ronda de sesiones del Subcomité para la Seguridad interna o SISS, del Comité de lo Judiciario del Senado de los Estados Unidos. (7)

El SISS se concentró esta vez, entre otras cuestiones, en las fallas de los procesos de autorización de seguridad para trabajar en instituciones federales.(8 )

El caso más peliagudo para el subcomité senatorial fue el de William Arthur Wieland, quien había sido propuesto para un cargo consular en Alemania sin tener las autorizaciones de seguridad correspondientes.

Lo peor de todo fue que, en el curso de la investigación, se descubrió que Wieland había trabajado durante casi 20 años, había sido promovido múltiples veces y había alcanzado influyentes cargos en el Departamento de Estado sin tener las más elementales autorizaciones de seguridad ni la capacitación para ello.

La investigación subsiguiente de las fallas de la autorización de seguridad en el caso Wieland trajo a primer plano el problema de la “pérdida” de Cuba, así como sospechas sobre la posible afiliación comunista e incluso “perversiones” sexuales del funcionario de marras.

En realidad, nadie en el Departamento de Estado o en ninguna agencia del gobierno podía decir a ciencia cierta quién era y cuál era el verdadero origen de William Wieland. De arrancada, él mismo afirmará que nunca tuvo un certificado de nacimiento debido a un “error burocrático” al nacer, excusa idónea para conspiradores natos como él. (9)

En diversas etapas de su vida, William Wieland había aparecido en distintas circunstancias y lugares con nombres diversos. Por ejemplo, aunque asegura haber sido bautizado con el nombre de William Richard Wieland, desde su entrada en el Departamento de Estado, utilizaba el de William Arthur Wieland. En su juventud, se hizo llamar indistintamente Arturo Montenegro, Guillermo Montenegro y William Montenegro.(9)

La mayor parte de la información sobre la vida de Wieland antes de ingresar al Departamento de Estado se basa exclusivamente en declaraciones suyas, que nadie jamás ha intentado o podido comprobar.

A falta de un certificado válido de nacimiento, sólo es posible reproducir el propio testimonio de Wieland quien asegura que nació en New York en 1907. (9)

Según su propia leyenda, el padre biológico de Wieland murió en 1911, cuando éste sólo contaba cuatro años de edad. Tras cuatro años de luto, su madre se casó con un americano venezolano llamado Guillermo Arturo Montenegro, del cual el joven William sacará su alias hispano.

A la década de los 20, la familia Wieland Montenegro se mudará para la Habana.(9)

Wieland afirma que su educación transcurrirá entre la Habana y los EE.UU., bajo una dudosa certificación de nacimiento en la que aparece bajo el nombre de William Montenegro.(10)

En 1927, Wieland se enlistó en el cuerpo de la caballería norteamericana y, para ello, entregó un certificado de nacimiento falsificado para -afirma él mismo- ocultar su edad. Nada se sabe de su fugaz vida militar, que terminó en 1928. (11)

Tras la muerte de su madre en 1930, Wieland reaparece en La Habana y, según sus propias palabras:

Trabajé por un año en la compañía General Electric allí (Cuba) y, después, trabajé durante un año en la Cuban Electric Company en La Habana. Más tarde, enseñé español e inglés a cubanos y americanos, ...hasta que me uní al Havana Post en 1932. ... Pasé sólo un año en la Universidad (de Villanueva) ...Creo que ella (la señora Clara Pessino) se convirtió en dueña y redactora (de Havana Post). (12)
Pero, como en casi todos sus testimonios, todo lo relacionado con Wieland será confuso e indefinido.

En los registros de las audiencias senatoriales sobre “La amenaza comunista a los EE.UU. a través del Caribe" -que investigaban la participación de funcionarios del Departamento de Estado norteamericano en la instalación de Fidel Castro en el poder- se pueden leer testimonios como el siguiente:

No parece inadecuado clasificar a la descripción de Wieland de su carrera cubana como "confusa", tal vez, incluso "turbia". A partir de 1932, dijo estar en "periodismo", pero esto es todo lo que se puede decir. En 1933 o 1934, los empleados del periódico para el que [presuntamente] trabajaba tomaron el mismo en un incidente que sin duda se destacaría en la memoria de un empleado. Wieland no podía "recordar" ese incidente. Pero su puesto como "periodista" puede utilizarse para explicar -tanto honestamente como todo lo contrario- aquellas relaciones que no podrían ser de otra manera explicadas o negadas.

Por ejemplo, Mario García declaró que Wieland era miembro del ABC, una organización revolucionaria cubana. Él (Wieland) también negó que fuera el oficial de enlace entre Sumner Welles y el ABC. Él (Wieland) admitió conocer el líder de ABC, Martínez Sáenz, pero sólo como un periodista que cubría la ABC. Todo lo cual no es concluyente. Sin embargo, es justo recordar que, cuando se le preguntó su opinión bajo juramento sobre el testimonio de Wieland, Otto Otepka, el funcionario de seguridad del Departamento de Estado respondió: “Creo que él mintió, sí, señor”.

La investigación de Otepka sobre Wieland fue impuesta claramente al Departamento de Estado por una persona de influencia considerable que, como Otepka declaró, hizo "... una acusación específica... de que tenía información de que el Sr. Wieland era un comunista conocido... " como Guillermo o Arturo Montenegro”.(13)
En tal sentido, había quienes llegan a acusar a Wieland de ser un agente estalinista entrenado por “Fabio” Grobart, dirigente comunista cubano polaco judío. Sin embargo, como todo lo relacionado con Wieland-Montenegro, no existe una clara documentación sobre el asunto.

De hecho, durante los interrogatorios del SISS, Wieland negó no sólo que conociera a Fabio Grobart, sino que nunca había oído hablar del mismo. El problema era que Grobart era uno de los agentes soviéticos mejores conocidos por la inteligencia y el Departamento de Estado americanos desde la década de 1930, amén de uno de los dirigentes comunistas más destacados en Cuba, por lo que Wieland, como director de la oficina del Caribe, debería tener información privilegiada sobre el mismo.(14)

Al parecer, el primer vínculo conocido de Wieland con el Departamento de Estado –y posiblemente con el Consejo en Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations o CFR) fue Benjamin Sumner Welles.

Sumner Welles es una de las más importantes y controvertidas personalidades de la política norteamericana. De hecho, se le considera el principal estratega internacional durante la presidencia de Franklin Delano Roosevelt, teniendo gran parte de la responsabilidad en el diseño del mundo de la posguerra. (15)

Sumner Welles era descendiente de una de las más familias de mayor prosapia dentro del estáblishment americano y estaba emparentado con los Roosevelt.

Welles ingresó en la carrera diplomática durante la primera guerra mundial, convirtiéndose rápidamente en especialista de asuntos latinoamericanos.

Fuera del Departamento de Estado, Sumner Welles formó parte del grupo fundador del Council on Foreing Relations o CFR en 1921, siendo uno de sus miembros más distinguidos hasta su muerte en1961. (16)

Como hemos dicho en otros artículos pertenecientes a esta serie, publicados en este blog, el CFR es el "tanque pensante" más importante de EE.UU. y posiblemente del mundo: El mismo agrupa las 4,000 personas más influyentes del mundo político, financiero, académico e intelectual de EE.UU. Su misión ha consistido en diseñar básicamente –a veces de forma indirecta y, otras, directamente- la política externa del gobierno americano (y en consecuencia, la interna). (17)

Puede afirmarse que Welles ha sido uno de los miembros más conspicuos del CFR, participando en la creación de la Liga de naciones tras la primera guerra mundial, la Organización de naciones unidas tras la segunda, amén de ser uno de los diseñadores del mapa político del mundo de la segunda posguerra. (18)

En 1921, el secretario de Estado Charles Evans Hughes designa a Welles al frente de la División de asuntos latinoamericanos. En 1924, el presidente Coolidge lo envía a Honduras como mediador entre los partidos que se disputan el gobierno.(18)

Tan pronto como Franklin Delano Roosevelt asume la presidencia en 1933, asigna a Welles el cargo de secretario ayudante para asuntos latinoamericanos.(18)

Roosevelt jamás pudo designar a Welles como Secretario de Estado por la tremenda influencia política del secretario en funciones, Cordell Hull. Sin embargo, el presidente lo tendrá como su principal asesor en política exterior, dándole un protagonismo que resentirá el verdadero canciller Hull. Este devendrá en enemigo jurado de Welles y, finalmente, tendrá una entusiasta participación en su defenestración.

La cuestión cubana fue uno de los asuntos más apremiantes en política exterior que encontró Roosevelt al inaugurarse en la oficina oval.

Las pretensiones del presidente Gerardo Machado por aferrarse fraudulentamente en el gobierno cubano y el demoledor impacto del crack del 29 en la Isla -que deshizo los inmensos logros del primer gobierno de Machado- provocaron la crisis social que había sumido el país en la anarquía.

En Washington, el intenso lobismo de don Fernando Ortiz había llamado la atención del gobierno americano sobre la situación cubana. Roosevelt decide despachar entonces a Welles como su enviado especial dada su previa experiencia mediadora en Honduras y su conocimiento de la región, amén de su perfecto español.

La gestión diplomática de Sumner Welles en Cuba será de corta duración pero su onda expansiva llegará casi intacta hasta el momento presente.

Es cierto que Welles será el autor de la derogación de la enmienda Platt a la constitución cubana que “legalizaba” la prerrogativa norteamericana de intervenir militarmente en Cuba. (19)Sin embargo, la gestión de Welles sentó las bases de todo cuanto ocurrirá en la Isla a partir de 1933 hasta el momento presente.

Welles llegará a Cuba el 8 de mayo de 1933 y le prometerá inicialmente a Machado el apoyo norteamericano. Sin embargo, Welles actuará literalmente como un gobernador interventor, pasando por encima a la autoridad presidencial, lo que provocará una fuerte reacción del presidente cubano. Finalmente, ambos hombres serán incapaces de llegar a un acuerdo y, como la soga se parte por su porción más débil, Welles forzará la salida de Machado en junio de 1931.(20)

Welles intentará llenar el vacío de poder con la fugaz presidencia de Carlos Manuel de Céspedes. Sin embargo, este será depuesto apenas 2 meses después de su juramento por la llamada "revuelta de los sargentos" que, orquestada por el propio Welles.

Al decir del poeta Lorenzo García Vega , la “revuelta de los sargentos” le dio la entrada a la “chusma” al gobierno y al ejército cubano, inaugurando una era superlativa de corrupción a todos los niveles de la superestructura política dominada por la violencia y el gansterismo político. Este proceso fue el que preparó el advenimiento de Fidel Castro, el producto supremo de la violencia y la corrupción política.(21)

Welles le dio a Batista (el “mulato lindo” que, según las malas lenguas, resultaba irresistible al enviado de Roosevelt) (22) el papel de “hombre fuerte” de la política cubana durante el próximo cuarto de siglo, lo que, en última instancia, propiciará el advenimiento del régimen de Fidel Castro.

Igualmente, Welles será también quien facilite la entrada al Departamento de Estado a William Wieland, la cabeza visible de la trama que llevará a Castro a tomar el poder absoluto en Cuba.

Nadie en realidad sabe cómo Sumner Welles llegó a conocer al oscuro y equívoco reportero Guillermo Montenegro Wieland, pero existen oscuros rumores sobre la relación entre ambos hombres.

Huelga decir que, todavía en la década de los 60, y por tres más décadas por venir, en general, dado el puritanismo reinante, existía el prejuicio muy generalizado de que cualquier funcionario del gobierno con “desviaciones sexuales” podía ser objeto del chantaje o la seducción por parte de agentes enemigos, representando, por tanto, un “altísimo riesgo” para la seguridad.

Aunque, para ser justos, hay que reconocer que todos seres los humanos somos débiles y los heterosexuales son tan proclives al chantaje o la seducción sexual como los homosexuales o quizá más aún, como lo demuestra la historia.

Ahora bien, entre las calumnias preferidas para iniciar una intriga contra cualquier enemigo o competidor político estaba la acusación de comunista y/o homosexual. Sobre todo, desde la década de los 50, existirá el prejuicio generalizado sobre la relación sine qua non entre ambas “condiciones”.

Wieland, acusado de “riesgo a la seguridad” será consecuentemente objeto de sospechas sobre sus tendencias tanto ideológicas como sexuales. Por esa razón, gran parte de la investigación del subcomité senatorial para la seguridad interna o SISS se centró en la vida personal de Wieland.

El SISS había recibido testimonios de que Wieland era el "preferido" (fair-haired boy dicen las transcripciones en inglés, que, en este caso, resulta más bien peyorativo) de Sumner Welles en La Habana, quien le habría ayudado a obtener su trabajo con la AP y habría sido determinante en su ingreso en el Departamento de Estado en 1941.

J.G. Sourwine, jefe consejero del SISS por muchos años, se empeñó en averiguar el carácter de las relaciones de Wieland con el exsubsecretario de Estado, Sumner Welles, cuya homosexualidad le había obligado a dimitir en 1943:

Weiland negó de principio a fin que fuera el "preferido" de Welles.

Sr. Sourwine: ¿Usted tiene conocimiento de cualquier persona que se refirió a usted como "preferido" (fair-haired boy ) de Sumner Welles en La Habana?

El Sr. Wieland: No, señor.

El Sr. Sourwine: Se ha declarado que a Ud. se le conoció... como funcionario del gobierno, ¿está usted consciente de que la desviación sexual y la homosexualidad, especialmente entre los empleados, se considera como un problema de seguridad muy especial?

El Sr. Wieland: Sí, señor...

El Sr. Sourwine: ¿Alguna vez ha estado usted involucrado con este problema de alguna forma?

El Sr. Wieland: No, señor. (23)

Homofobia dominante aparte, lo confuso era que el relato de Wieland sobre la frecuencia de sus contactos con Welles cambió sensiblemente entre el comienzo y el final de su testimonio.

En su primera comparecencia ante el SISS, Wieland testificó que había estado sólo en "una o dos" cenas en las que Welles estuvo presente y había entrevistado a este "una o dos veces". Este relato cambió substancialmente a su regreso ante el Subcomité. De hecho, cambió radicalmente entre el comienzo y el final del testimonio del segundo día:

Senador Dodd: ... Mi recuerdo es que usted dijo que lo entrevistó (a Welles) una vez o dos veces con otros periodistas. ¿Se acuerda de eso?

Sr. Wieland: No, señor. Creo que dije que lo vi de vez en cuando en su oficina. Podría haber sido un par de veces a la semana, en realidad...

Senador Dodd: Debo decirle que hay gente que asegura que usted lo veía todo el tiempo y que usted era su amigo íntimo, que se jactaba de su amistad... esas personas han dicho que usted lo conocía muy bien... y todo el mundo en La Habana que conoció Welles era muy consciente de ello en aquellos momentos.

Sr. Wieland: Señor, yo hablé con el señor Welles, como he dicho, en una serie de ocasiones como periodista. Él siempre fue muy amable y atento...

Senador Dodd: He entendido que usted ha dicho que no tenía más que un conocimiento casual (con Welles)... Recuerdo las declaraciones hechas bajo juramento por otras personas que estaban en La Habana en aquellos momentos y me da la impresión de que, efectivamente, usted le conocía muy bien y que no era ningún secreto...

Sr. Wieland: No era ningún secreto no señor, eso es completamente cierto ...(24)

En octubre de 1933, habiendo “estabilizado” la situación de la Isla, Sumner Welles regresaró a Washington.

Según algunos, Welles no sólo le legará la embajada norteamericana en Cuba a Jefferson Caffery, quien, hasta el momento había fungido como vicesecretario de Estado norteamericano. También le cederá a su “preferido” William Arturo Wieland Montenegro. (1)

A Caffery, le perseguirá la “maldición” de Welles y, durante su estancia en La Habana será acusado repetidamente de “perversión sexual”. (1)

Según ciertas fuentes, Caffery se rendirá ante los, al parecer, irresistibles encantos de Wieland y sostendrá un intenso romance durante todo su período de embajador en Cuba, convirtiendo la embajada norteamericana en centro de escándalo de la Habana de entonces. (25)

En 1937, Caffery terminará su misión en Cuba y regresará a Washington. Sin embargo, parece ser que Wieland no perdió su condición de “fair-haired boy”.

Pocos meses después de la partida de Caffery, Wieland es expulsado del Havana Post por plagiar historias de la Associated Press. (26)

Sumner Welles -ahora encumbrado como subsecretario de Estado norteamericano y principal figura de la política exterior norteamericana- llevará a su “preferido” de la Habana como suvenir a Washington. (25)

Moviendo influencias, Welles situará a Wieland –ahora sólo William- muy cerca de sí, como reportero para cubrir el Departamento de Estado. Wieland comenzará así a trabajar nada menos que en la Associated Press, que no mostrará el más leve resentimiento por el pasado plagiario de su flamante adquisición. (26)

Sin embargo, la estrella de Sumner Wells se verá acosada por toda una serie de escándalos que estremecerán Washington.

La fuerte influencia de Welles sobre el Departamento de Estado había provocado la escisión de los funcionarios del mismo en dos facciones, una fiel al secretario de Estado, Cordell Hull y, la otra, afecta al subsecretario Welles. Hull, aunque camarada de Welles en el Consejo en relaciones exteriores (Council on Foreign Relations o CFR), siempre vio a este como un enemigo político

De hecho, Welles será también responsable de que el Departamento de Estado sea inundado e influenciado fuertemente por el CFR -tanque pensante que comenzó a ser fuertemente financiado principalmente por la Fundación Rockefeller- el cual, a partir de estos momentos, se convertirá en el centro desde donde se diseñará la política exterior norteamericana. (17)

Bajo Welles, igualmente, si creemos los ataques contra su persona, ingresará un importante grupo de gays con tendencia de izquierda que promoverán el acercamiento a la URSS y los comunistas en general.

Ahora bien, supuestamente, en 1940, de regreso del funeral de William Bankhead, el Presidente de la Cámara de representantes, Sumner Welles, bajo el efecto del alcohol y los barbitúricos, acosó sexualmente a varios camareros afroamericanos del tren donde viajaba.

El secretario de Estado, Cordell Hull, ya sea por puritana indignación, venganza o como parte de la intriga, despachó al embajador William Christian Bullitt, Jr., persona de confianza de FDR pero enemigo acérrimo de Welles (27) para que le informara al presidente sobre los “hechos” del tren. Sin embargo, Roosevelt desestimará sus acusaciones y hasta lo despedirá de su cargo.

Pero, Bullitt no cejará en su empeño y, personalmente, comenzó una campaña de intrigas que acosarán la figura política de Welles el resto de su vida. (28)

Otros aseguran que Welles no pudo refrenar su conducta indecorosa –de hecho, el resto de su vida se vio envuelto en varios escándalos del mismo corte- aun cuando el propio Roosevelt le había asignado guarda espaldas y agentes del FBI para controlarlo. (29)

Aún así, Welles participará durante 1942 en el Comité Asesor de Política Exterior de la Posguerra del Departamento de Estado, que se ocupará de diseñar el mapa del mundo que surgiría después de finalizada la guerra. (30)

En medio de la tormenta política y mediática que lo perseguirá, en1941, parece ser que Sumner Welles logrará ingresar a su protégé William Wieland en el servicio exterior, como hemos dicho, pasando por encima de todos los procedimientos establecidos y sin siquiera él mismo conocer bien los orígenes del mismo.

Ahora bien, el informe del Subcomité senatorial para la seguridad interna o SISS subraya que: “es interesante que el Sr Wieland hubiera jurado su cargo dos días antes de llenar el formulario de solicitud de empleo en el Departamento de Estado.”

Wieland había sido propuesto para un trabajo en la embajada americana en Brasil por su conocimiento del portugués, aunque carecía de toda calificación para el cargo

Sin llenar la solicitud de empleo ni pasar examen ni siquiera la imprescindible verificación de antecedentes, Wieland simplemente juró su cargo, 2 días después, llenó el formulario y partió apresuradamente a cubrir su flamante cargo. (31)

“Por razones inexplicables, la solicitud y la entrada del Sr. Wieland en el Departamento de Estado estuvieron marcadas por una urgencia inusual, como si alguna persona o personas estuvieran muy ansiosos por obtener para él un aumento de casi el 100 por ciento de su salario. Esta premura fue tal que las precauciones normales de chequeo fueron ignoradas. En el formulario de su solicitud, que llenó el 4 de junio de 1941, no existía ninguna disposición para que declarara su antiguo nombre, Guillermo Arturo Montenegro, el que había adoptado cuando su madre contrajo un nuevo matrimonio tras la muerte de su padre.”(26)

Otra de las cosas que llamaron la atención de los senadores del subcomité fue el formulario de solicitud de ingreso al Departamento de Estado que llenó Wieland estaba marcado con la extraña especificación de que “no es necesario certificado de nacimiento”.(32) Wieland jamás había podido siquiera entregar un certificado de nacimiento válido, apareciendo en distintos épocas y lugares con nombres y alias diversos.

Con inusitada urgencia, Wieland será despachado Brasil como agregado de prensa sin las calificaciones mínimas de su cargo y con un desmesurado sueldo que escandalizará a sus colegas.(33)

En el informe sobre la Seguridad interna del Departamento de Estado, se menciona el caso de Wieland como el más destacado en cuanto a la violación de los procedimientos de ingreso:

(Wieland) Fue nombrado sin ningún tipo de control de seguridad. Su nombramiento fue hecho efectivo antes incluso de llenar cualquier forma de una aplicación, falsificando su solicitud de empleo por omisión. Al llenar luego un formulario de ampliación de la historia personal, falsificó por omisión directa de datos. (34)
Wieland, casualmente, entró a trabajar en el Departamento de América Latina bajo la dirección Lawerence Duggan -miembro del Council on Foreign Relations (CFR) como Welles- que, tiempo después, fue acusado de agente del KBG soviético. (Duggan, coincidentemente, "se cayó" por una ventana de un hotel de Manhattan en día que debía comparecer para testificar ante un comité investigador del Senado en 1948.) (35)

El SISS descubrió que, "como connotado protégé de Sumner Welles, Wieland "ganó" cuatro promociones en nueve meses".(36)

Al parecer, Welles tenía gran premura por poner a su "fair-hairy boy" a buen recaudo. Los ataques a su persona -debidos en gran medida por su conducta realmente indecorosa, homofobia aparte- comprometieron grandemente su posición en el Departamento de Estado y el propio gobierno de del presidente Roosevelt. Este se vio finalmente obligado a aceptar la renuncia de su principal asesor político en 1943. No obstante, Welles, desde el CFR, continuará siendo uno de los principales estrategas de la política exterior norteamericana hasta su muerte.

A la renuncia de Welles, Wieland estará a salvo en la embajada americana de Río de Janeiro. Sin embargo, a estas alturas, aparecerá uno de sus más acérrimos enemigos, el embajador William Douglas Pawley.

Pawley fue pionero de la aviación en Cuba y China (fundador de los Tigres Voladores), empresario global, diplomático en el Perú y Brasil, asesor de los presidentes Roosevelt, Truman, Eisenhower y Nixon; uno de los arquitectos de la política encubierta de EE.UU., golpista contra los gobiernos de Guatemala y Cuba, agente encubierto de la CIA, organizador de los exiliados cubanos para la invasión de Bahía de Cochinos, crítico del presidente Kennedy, amigo de Clare Boothe Luce, del director de la CIA Allen Dulles, del director del FBI J. Edgar Hoover, del secretario de Estado George C. Marshall, del senador James Eastland y de varios dictadores extranjeros. Pawley era uno de los nombres más destacados de la lista de testigos para las audiencias del senado sobre el asesinato del presidente Kennedy en el momento en que, según la versión oficial, decidió suicidarse.(37)

Durante las audiencias del SISS entre 1960 y 62, William Pawley será uno de los principales acusadores de Wieland en el caso de la “pérdida de Cuba”, reproduciendo el papel que él mismo había jugado diez años antes durante las investigaciones sobre la “pérdida de China".

William Pawley, informó a Eisenhower y al Departamento de Estado sobre las actividades izquierdistas de Wieland. Pero, sus advertencias fueron ignoradas.

El propio Pawley escribió:

...después de haber estado en Río de Janeiro durante unos meses, llegué a tener cada vez más la opinión de que (El agregado de prensa en nuestra embajada fue William A.) Wieland no estaba llevando a cabo sus funciones de una manera que no me pareció, para ser adecuado, en el mejor interés de los Estados Unidos. Después de tratar de obtener medidas correctivas y en su defecto, pedí su traslado. (38)
Para sorpresa de Pawley, Wieland, en cambio, fue sorpresivamente promovido y enviado a Bogotá en 1948, reconociéndose como uno de los intocables del Departamento de Estado. (38)

A poco de comenzar su trabajo diplomático en Bogotá, los destinos de William Wieland y Fidel Castro “coincidirán”.

En abril de 1948 será cuando Castro se inicie como agente provocador internacional al participar en el asesinato del líder popular Eliécer Gaitán y cooperar activamente en la instigación del “bogotazo”, uno de los acontecimientos más importantes en la historia de Colombia. Y, en el mismo, William Richard Arthur Wieland Montenegro desempeñará nuevamente uno de sus más turbios papeles.

(Continuará)

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NOTAS

FOTO: William Arthur Wieland y Benjamin Sumner Welles

1. Eric Paul Roorda, McCarthyite in Camelot: The “Loss” of Cuba, Homophobia, and the Otto Otepka Scandal in the Kennedy State Department (pages 723–754) en Diplomatic History © The Society for Historians of American Foreign Relations (SHAFR).September 2001 Volume 31, Issue 4 http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/diph.2007.31.issue-4/issuetoc

2Leer John Earl Haynes, Harvey Klehr, and Alexander Vassiliev; Spies: The Rise and Fall of the KGB in America, Yale University Press: New Haven, CT, 2009, ISBN 978-0-300-16438-1, 548,

3 FDR and the Soviet Union; The President’s Battles over Foreign Policy by Mary E. Glantz, February 2005 Modern War Studies Cloth ISBN 978-0-7006-1365-6,

4http://spectator.org/archives/2002/02/11/the-demolition-of-franklin-roo y http://whatreallyhappened.com/WRHARTICLES/pearl/www.geocities.com/Pentagon/6315/fdr.html

5 The Institute of Pacific Relations and the Betrayal of China en http://www.dcdave.com/article5/120207.htm

6 John F. Kennedy: The President's News Conference http://www.presidency.ucsb.edu/ws/index.php?pid=9460#ixzz1qQdUBqOf

7 En STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, p. 99 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num

8 .(En STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, p. 99 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num

9 En Milestones in William Arthur Wieland's Life en http://www.miamiherald.com/2009/01/02/834781/milestones-in-william-arthur-wielands.html

10 Latin American Political Yearbook, Volume 5 By Robert G. Breene, Jr., Robert G. Breene p. 213 http://books.google.com/books?id=67EoU5ImPqgC&dq=%22William+Arthur+Wieland%22&q=Wieland#v=snippet&q=Wieland&f=false

11 ) Latin American Political Yearbook, Volume 5 By Robert G. Breene, Jr., Robert G. Breene p. 214 http://books.google.com/books?id=67EoU5ImPqgC&dq=%22William+Arthur+Wieland%22&q=Wieland#v=snippet&q=Wieland&f=false

12 En STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, p. 99 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num

13 ) Latin American political yearbook, Volume 5 By Robert G. Breene, Jr., Robert G. Breene. Latin American News Syndicate, 2004. P-215

14 En STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, p. 102 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num

15 Secret Affairs: Franklin Roosevelt, Cordell Hull, and Sumner Welles by Professor Irwin Gellman Johns Hopkins University Press, Mar 1, 1995 P 341 y ss.

16 http://www.nndb.com/org/505/000042379/

17 Ver en los archivos de este blog LA CONSPIRACIÓN CUBANA (OCHO) EL COUNCIL ON FOREING RELATIONS (CFR) en http://havanaschool.blogspot.com/2011/09/la-conspiracion-cubana-ocho-el-council.html

18 Sumner Welles, Postwar Planning, and the Quest for a New World Order, 1937-1943 By Christopher D. O'Sullivan http://www.gutenberg-e.org/osc01/index.html

19 En, Sumner Welles in Cuba, St. Petersburg Times, March 22, 1935 p. 4http://news.google.com/newspapers?nid=888&dat=19350322&id=_jhPAAAAIBAJ&sjid=BU4DAAAAIBAJ&pg=4443,4233079

20 http://www.historyofcuba.com/history/machado.htm

21 En ¿Qué hacía el Arzobispo de La Habana leyendo 'Paradiso'? http://www.diariodecuba.com/cultura/11669-que-hacia-el-arzobispo-de-la-habana-leyendo-paradiso

22 http://babalublog.com/2009/10/did-the-u-s-smuggle-zelaya-into-honduras/

23 That Infernal Little Cuban Republic: The United States and the Cuban Revolution By Lars Schoultz http://books.google.com/books?id=37LopzbPotYC&pg=PA133&lpg=PA133&dq=Sumner+Welles'+fair+haired+boy+Wieland&source=bl&ots=vrFAtRDEJz&sig=l3tW4iNw81V8WYF8wUUvJ-16QUU&hl=en&sa=X&ei=7kb8T6fxOqbp6wGa7aTNBg&sqi=2&ved=0CEoQ6AEwAQ#v=onepage&q=Sumner%20Welles'%20fair%20haired%20boy%20Wieland&f=false

24 Latin American Political Yearbook, Volume 5 By Robert G. Breene, Jr., Robert G. Breene P. 216 http://books.google.com/books?id=67EoU5ImPqgC&pg=PA215&lpg=PA215&dq=Sumner+Welles'+fair+haired+boy&source=bl&ots=K8BQ1phvOf&sig=k1G7KN3q_q4W24nB6jz551dm7_U&hl=en&sa=X&ei=aUD8T4LeOqO36wGX1fjYBg&sqi=2&ved=0CEQQ6AEwAA#v=onepage&q=Sumner%20Welles'%20fair%20haired%20boy&f=false

25 Criminal Action Against a Once Friendly People and Nation by Oswaldo F. Hernandez http://www.amigospais-guaracabuya.org/oagoh001.php

26 En STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, p. 99 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num

27 http://www.democraticunderground.com/discuss/duboard.php?az=view_all&address=389x1713154a

28 http://findarticles.com/p/articles/mi_m2751/is_n52/ai_20852435/?tag=content;col1

29 http://www.reformation.org/welles-confidential-magazine.html

30The Invisible Government by Dan Smoot, P. 8 http://www.munseys.com/diskfive/ingo.pdf

31 En STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, p. 98 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num=i

32 En STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, p. 98-99 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num=i

33 State Department Security: The Case of William Wieland", 1962 P IV http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?id=uc1.%24b643336;page=root;view=plaintext;size=100;seq=5;num=i

34 State Department Security: The Case of William Wieland", 1962 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?id=uc1.%24b643336;page=root;view=plaintext;size=100;seq=5;num=i

35 Traitors and Treason By Robert W. Pelton. Ed Infinity publishing.com, PA. 2003. P. 195 http://books.google.com/books?id=AM73_etFKn0C&printsec=frontcover#v=onepage&q&f=false

36 STATE DEPARTMENT SECURITY p. 100 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num=i

37 MORE RUTHLESS THAN THE ENEMY: The Dark Diplomacy of Ambassador William Douglas Pawley by David Price http://williampawley.blogspot.com/2009/12/chapter-1-sunset_12.html

38 Why the Communists are Winning as of 1976...and how they lost in 1990 by William D. Pawley & Richard R. Tryon en http://www.gratisbooks.com/pchapdet.php?chapter_id=32920

Tuesday, May 1, 2012

LA CONSPIRACIÓN CUBANA (NUEVE) EL CASO WIELAND (I)



LA LISTA DE CANTILLO


Alrededor de la una de la madrugada del primero de enero de 1959, los motores de varios aviones DC-3, DC-4 y C-46 atronaban el sector civil del aeropuerto de Columbia, al oeste de la capital cubana, destinado a la línea Aerovías Q.

Los vuelos regulares de esta línea aérea vinculaban la Habana con Isla de Pinos, Veracruz y varios puntos de la Florida. 1

Sin embargo, en aquella primera madrugada de 1959, los aviones que calentaban sus motores en la pista romperían la rutina. Unos se dirigirían hacia Jacksonville, Florida, y el resto se desviaría rumbo a República Dominicana.2

Según las memorias del General Fulgencio Batista, el motivo de aquellos vuelos irregulares era su salida precipitada de Cuba junto a su familia y sus más cercanos colaboradores dada la gravedad de las circunstancias políticas y militares.3

Minutos antes de que los aviones arrancaran sus motores, Batista había renunciado a su cargo de presidente de facto de la República de Cuba. Antes de partir, le había entregando el poder a una junta militar encabezada por el general Eulogio Cantillo, Jefe del Estado Mayor Conjunto del ejército cubano.2

El despachador de este singular vuelo no sería cualquier empleado de Aerovías Q, sino, precisamente, el mismísimo General Cantillo.

Una semana antes, el día de Nochebuena de 1958, Cantillo, había volado en un helicóptero hasta el Central Cuba en la zona oriental de la Isla para entrevistarse con su “acérrimo” enemigo, Fidel Castro, jefe a la sazón de la guerrilla que dominaba una extensa zona de la Sierra Maestra, en el oriente cubano. Era la segunda vez que se reunieran ambos jefes militares enemigos. La primera había sido en septiembre de ese año cuando el ya tambaleante régimen del General Batista no le quedaba otro remedio que reconocer los grupos beligerantes.2

La reunión de Nochebuena era la definitiva.

En marzo de 1958, los EE.UU. le habían retirado todo apoyo político y logístico a Batista.

El ejército estaba desmoralizado y los rebeldes tomaban la iniciativa militar y política.

Cantillo y Castro negociaron entonces la transición pacífica.

Según Castro, Cantillo le había prometido entregarle el poder y los mandos militares junto con los principales personeros del régimen batistianos para llevarlos ante la justicia revolucionaria. Ello, por cierto, parece bien dudoso, dada la involucración del propio Cantillo en todo lo que se le acusaba al gobierno de Batista.

Sin embargo, siete días más tarde, en la madrugada del primero de enero de 1959, Cantillo estaba en la pista del aeropuerto de Columbia, organizando la huida de los principales funcionarios y colaboradores del gobierno del general Fulgencio Batista.

En las manos de Cantillo, rezaba una lista negra de aquellos representantes del gobierno de Batista a los cuales se les había denegado la entrada en los Estados Unidos. A los mismos, se les había designado para los vuelos hacia ciudad Trujillo. El resto, viajaría hacia Jacksonville, Florida.2

Hacia República Dominicana, deberían partir el ya expresidente cubano Fulgencio Batista y varios de sus más cercanos colaboradores como el jefe de Policía, el general Pedraza, etc.

En el viaje hacia Jacksonville, Florida, iría el hijo mayor de Batista -quien debió abordar el avión bajo protesta, separado de su familia- junto con el jefe del ejército, el general Tabernilla, y otros funcionarios y acólitos del gobierno de su padre “autorizados” a pisar tierras norteamericanas.2

Año y medio después de la huida de los representantes del gobierno batistiano de Cuba, en agosto de 1960, en el Senado de EE.UU. aún se cuestionaba quién había sido el autor de la mencionada lista y por qué se le había prohibido a Batista la entrada a suelo norteamericano.

El 27 de agosto de 1960, comenzó a sesionar en Washington el Subcomité del Comité de lo Judiciario del Senado de los Estados Unidos, cuyo objeto era investigar la administración de las leyes de seguridad interna del gobierno norteamericano. Su presidente era el senador por Mississippi, James O. Eastland.4

El propósito del subcomité era determinar si se necesitaba una legislación remedial para contrarrestar las fisuras en la legislación sobre la seguridad interna.

Uno de los problemas más complicados que enfrentó el subcomité fue el de las autorizaciones de seguridad para trabajar en instituciones federales tan sensibles como el Departamento de Estado.

El ejemplo más desconcertante para el subcomité había sido el caso de William Arthur Wieland. 5

El llamado caso Wieland será objeto de investigaciones recurrentes y exhaustivas desde 1960 hasta 1982, utilizándose como ejemplo en investigaciones senatoriales posteriores por sus tremendas implicaciones para la seguridad interna del Departamento de Estado y el gobierno norteamericano en general.6

Wieland había ingresado en el Departamento de Estado en 1941 y ya, en 1957, había alcanzado la alta posición de Director del Buró para México y el Caribe de la Subsecretaría de Estado para América Latina.7

El problema era que la larga carrera de Wieland en el Departamento de Estado había comenzado y se había desarrollado al parecer sin las requeridas autorizaciones de seguridad. Por demás, Wieland jamás había logrado presentar siquiera los documentos de identidad imprescindibles para poder comenzar a trabajar en el Departamento.8

Nadie a ciencia cierta sabía cómo realmente se llamaba pues unas veces aparecía como William Arthur Wieland, otras como Arturo Montenegro y otras como William Montenegro.

Ello conllevó a cuestionar sensitivas decisiones en política exterior en las que estuvo implicado Wieland.

A Wieland se le señaló no sólo como el principal causante de la caída del gobierno de Fulgencio Batista en Cuba sino como, además, el promotor del ascenso y afianzamiento de Fidel Castro en el poder.

Integrantes del subcomité y varios funcionarios del Departamento de Estado que testificaron ante el mismo sospechaban que Wieland había sido el causante de la suspensión de los embarques de armas al gobierno del general Batista.9

En tanto que Director de asuntos de México y el Caribe, Wieland tuvo la posibilidad de recomendar políticas hacia los países de la región e influir en su jefe, Roy Rubottom, jefe de la subsecretaría de Estado para América Latina en el sentido de su implementación.10

Además, a Wieland, se le señalaba como el autor intelectual de la manipulación mediática internacional que convirtió a Fidel Castro, cuando aún era un desconocido jefe guerrillero en las montañas cubanas, en todo un Robin Hood moderno ante los ojos de la opinión pública norteamericana y mundial.

Al parecer, Wieland tendrá mucho que ver con la entrevista de Herbert Mathews, el reportero estrella del New York Times, a Fidel Castro en la Sierra Maestra y con el documental televisivo de la CBS sobre la guerrilla de Castro en las montañas del oriente cubano.11

Wieland habría logrado, además, sustituir al embajador ante el gobierno de Batista, Arthur Gardner, afecto al mismo, por Earl E. T. Smith, quien jugará un rol importante en la caída del régimen.4

Wieland, además, infringió las normas más elementales del Departamento de Estado al instruir a Smith -quien no tenía experiencia diplomática alguna ni sobre asuntos cubanos- que recibiera la información sobre la situación en la Isla de Herbert Matthews –admirador y, literalmente, el aeda de Castro-, en vez de un especialista del Departamento de Estado, como es de esperar en estos casos.11

Peor aún, a no pocos resultó no poco sospechoso el hecho de que Wieland y Rubbotom estuviesen en Colombia en 1948, los momentos en que Fidel Castro se destacaba como uno de los promotores de los desórdenes sociales posteriormente bautizados como el “bogotazo”.12

Algunos incluso han insinuado hasta que Wieland conocía a Castro de sus estadías en Cuba durante la década de los 40 y que tenía vinculación con agentes del COMINTERN soviético como Fabio Grobart.

En las audiencias senatoriales, una de las cuestiones que más tiempo le tomó al subcomité fue la identificación del autor de la lista negra en la que estaban inscritos los personeros del régimen de Batista a los cuales se les había prohibido la entrada en el territorio de los Estados Unidos en la mencionada madrugada del primero de enero de 1959.

Al surgir la cuestión de una lista negra, el Sr. J.G. Sourwine, jefe consejero por muchos años para el Subcomité sobre subversión y comunismo encubiertos del Senado americano 13, le preguntó a Wieland: “…Y, ¿usted dice que había una lista? ¿De dónde vino esa lista? ¿Quién la hizo, quién la inició?”14 A lo que Wieland contestó tras ciertas evasivas: “…la lista, creo que la embajada en la Habana la preparó y la envió al Departamento de Estado”. Sourwine le preguntó directamente a Wieland si no había sugerido la lista. Como en la mayoría de las ocasiones, la respuesta de Wieland será indefinida: “No lo puedo precisar, pero, no lo creo…” Sourwine precisó una vez más: "´No le pidió usted [en inglés, usted y ustedes se dice igual, de lo que se aprovecha Wieland] a la embajada que hiciera una lista de los batistianos prominentes que buscarían la entrada en Estados Unidos?” Wieland entonces contestó, “Creo que lo hicimos, sí señor.” El presidente del subcomité repitió "¿Usted cree que ‘lo hicimos’?” Y Wieland le contestó “El Departamento [de Estado] sí señor". Sourwine insistió: “Usted lo inició todo, ¿verdad?” Y Wieland replicó: “No recuerdo, señor, qué sucedió en aquellos momentos. Si fui yo, estaría encantado de decirlo…” Pero, Sourwine volvió a la carga: “¿Recuerda si se le instruyó para hacerlo?” Y Wieland confesó a medias que: “Recuerdo haber trabajado en la lista, recibí la lista pero no recuerdo si la inicié o fue alguien más”. A lo que el senador Dodd expresó que: “No entiendo el negocio ese de ‘nosotros’. ¿No sería que algunos seres humanos lo hicieron?” Wieland, con ingenuidad imperturbable, le responderá: "Sí, señor.” Molesto, el senador Dodd le recriminará: “¿Podría ayudarnos más que decir ‘nosotros’, 'no estoy seguro' y cosas por el estilo? ¿Qué hizo usted en relación con la lista? ¿Quién le dio la lista, a quién se la dio usted? Me parece que son preguntas sencillas.” Wieland, inmutable, manifestó que: “La lista viene de la embajada y es recibida en el Departamento [de Estado]. Pasa por muchas manos, no estoy tratando de esquivar el asunto en lo absoluto.”14

Durante horas, los senadores y el consejero del subcomité senatorial interrogarán a Wieland sin lograr sacarle a este ni la más mínima pista. Fue imposible conocer el nombre de quien ordenó o sugirió que se hiciera una lista negra de aquellos personeros del gobierno de Batista a los cuales se les prohibiría la entrada en EE.UU.

Wieland se escudará en su versión laberíntica de los supuestamente intrincados canales burocráticos del Departamento de Estado haciendo imposible conocer quién ordenó hacer la lista, quién la escribió y quién tomo la decisión final.

Las respuestas de Wieland al interrogatorio del subcomité senatorial sólo parecían indicar que la lista que Cantillo tenía en las manos en la madrugada del primero de enero de 1959 se había materializado de la nada. Esta parecía haber sido absorbida por el intrincado aparato burocrático del Departamento de Estado, el cual la puso a trabajar en forma mecánica, independientemente de cualquier política, estrategia o táctica de las relaciones exteriores del gobierno norteamericano.

Nadie en definitiva ha sabido cómo la dichosa lista –tras, supuestamente, salir de la embajada americana en La Habana, llegar a Washington, circular por todos los vericuetos de la burocracia del Departamento de estado- fue a parar a tiempo a manos del General Cantillo para que este, en el momento de la estampida de los batistianos, pudiera distribuir los pasajeros hacia los aviones que los conduciría a su destino preestablecido en aquella primera madrugada de 1959.

¿Qué relación existía entre las reuniones de Cantillo con Fidel Castro, Wieland y la lista negra del Departamento de Estado?

Una vez que hubiese despedido al exgobernante y su comitiva en el aeropuerto de Columbia, Cantillo, se nombró a sí mismo Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, exigió la renuncia del presidente del Senado y proclamó restablecida la Constitución de 1940. Siguiendo los preceptos de la misma Cantillo mandó a buscar a Carlos M. Piedra, magistrado del Tribunal Supremo, a quien le correspondía la sucesión presidencial.2

Fidel Castro había liderado el grueso de las fuerzas guerrilleras en las montañas y del movimiento clandestino en las ciudades precisamente porque, básicamente, Batista había dado un golpe de estado y derogado la constitución de 1940. Sin embargo, al enterarse de las decisiones de Cantillo, hizo su primera alocución pública por radio desde Santiago de Cuba, declarando a Cantillo traidor e inconstitucional al gobierno provisional de Piedra. Así y todo, es sorprendente cómo Castro trató a Cantillo.15

La inmensa mayoría de los jefes militares, policiales y demás funcionarios del gobierno de Fulgencio Batista que Castro logró atrapar fueron condenados al paredón de fusilamiento o a larguísimas penas de cárcel que oscilaban entre 25 y 30 años.

El general Cantillo no sólo se hallaba en la cúpula de donde se impartieron las órdenes que ejecutaron la mayoría de los militares y policías condenados sino que fue acusado de traición por el propio Castro el mismo primero de enero de 1959 supuestamente por no haberle entregado ni el poder directamente ni a los principales personeros del batistato.

Sin embargo, Cantillo recibió apenas 15 años de cárcel y, sin cumplir siquiera la mitad de su condena, logró salir de Cuba hacia EE.UU. con toda su familia en la década de los sesenta.2

Al parecer, Cantillo conocía lo que le esperaba cuando fue detenido por José Ramón “el gallego” Fernández, dejándose conducir por este en la forma más desenfadada del mundo.16

En cuanto al caso Wieland, durante el transcurso de más de 2 años, se acumularon multitud de hechos dudosos en torno a su figura y actuación dentro del Departamento de Estado. No pocos lo acusaron de ser un agente provocador del comunismo internacional. Será entonces que, en contra de todos los procedimientos y compartimentaciones del ejecutivo norteamericano, el Secretario de Estado Dean Rusk (miembro destacado del Council on Foreign Relations o CFR, amén de fideicomisario de la Fundación Rockefeller) y el propio presidente J.F. Kennedy, saldrán en defensa de Wieland, quienes lo declararán un funcionario confiable del Departamento de Estado. 17

Así se acallará todo el largo proceso del caso Wieland, aunque se dejarán todas las interrogantes del mismo flotando en lo imponderable.






NOTAS


Foto: El General Cantillo y el Magistrado Piedra enhttp://baracuteycubano.blogspot.com/2010/09/entrevista-de-emilio-ichikawa-al-sr.html

1. http://www.timetableimages.com/ttimages/qaw.htm

2. Entrevista con Fulgencio Rubén Batista y Godínez. http://www.eichikawa.com/entrevistas/Fulgencio_Batista.html

3. Cuba Betrayed. Fulgencio Batista Page 136 .http://www.questia.com/PM.qst?a=o&d=54321978

4. COMMUNIST THREAT TO THE UNITED STATES THROUGH THE CARIBBEAN HEARINGS http://www.latinamericanstudies.org/us-cuba/gardner-smith.htm

5. STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num=i

6. STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, page iii http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num=i

7. STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, Page 97 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num=i

8. STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, Page 92 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num=i

9. STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, Page 140 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num=

10. STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, Page 93 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num=

11. STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, Page 161 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num=

12. STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND, Page 115 http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num=

13. http://articles.chicagotribune.com/1986-07-24/news/8602230391_1_communist-party-reno-house-committee

14. STATE DEPARTMENT SECURITY, THE CASE OF WILLIAM WIELAND…page 163, http://babel.hathitrust.org/cgi/pt?view=plaintext;size=100;id=uc1.%24b643336;page=root;seq=5;num=i

15. DISCURSO DE FIDEL CASTRO RUZ EL 8 DE ENERO DE 1959 http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1959/esp/f080159e.html

16. Interview with José Ramón Fernández, July 15, 1985 page 45http://merrick.library.miami.edu/cdm/compoundobject/collection/chc0189/id/1768/rec/31

17. The President's News Conference October 9, 1963 http://www.presidency.ucsb.edu/ws/index.php?pid=9460#ixzz1qQdUBqOf