Thursday, July 15, 2010

AMARGA LIBERACIÓN



Los primeros siete prisioneros políticos cubanos liberados llegaron hace pocos días a España.

Según el señor Miguel Ángel Moratinos -el controversial canciller español-, los recién llegados a Madrid constituyen el primer grupo de 52 presos políticos que serán liberados por el gobierno cubano en los próximos cuatro meses como resultado de las "negociaciones" entre el régimen de la Habana, la iglesia católica y el gobierno de España.

Los presos políticos que han sido y serán excarcelados, en primera instancia, son aquellos que han aceptado abandonar el país. El gobierno, la Iglesia y el canciller español niegan que esto sea una deportación en vez de la excarcelación, pero se parece demasiado a lo que hacían en el siglo antepasado los colonialistas españoles con los independentistas cubanos.


Varios presos políticos, encabezados por el Dr. Oscar Elías Biscet, demostrando una valentía y una firmeza ejemplar –permanecer en las cárceles medievales cubanas es literalmente insoportable-, se han reusado a expatriarse, por lo que su liberación está aún en suspenso. Es posible asegurar que estos jamás sean excarcelados a pesar de las afirmaciones del gobierno cubano, Moratinos y el cardenal Jaime Ortega.


Lo ocurrido, en realidad, no significa una liberación de prisioneros, sino del gobierno de Fidel Castro de la incómoda carga de opositores políticos en las cárceles (que puede volver a llenar) y en las calles (que tendría que volver a vaciar), así como de la protesta silenciosa de las Damas de blanco y de los huelguistas de hambre como Zapata Tamayo y Guillermo Fariñas, los verdaderos detonantes de este proceso.


Todo, en realidad, ha sido una componenda entre el régimen castrista, la Iglesia y el gobierno español, a instancia del primero, para aportarle argumentos a Madrid para que gestione la eliminación de la llamada "Posición común" de la Unión europea en contra la dictadura de La Habana.


Los cubanos excarcelados no han sido recibidos por el gobierno español como refugiados políticos ni como turistas ni como ninguna de las categorías migratorias. Flotan en un nimbo legal con impredecibles consecuencias.


A su llegada, los excarcelados fueron alojados en un hotel de mala muerte en las afueras de Madrid, en el corazón de uno de los peores barrios obreros, sin comercios de tipo alguno alrededor. Los mismos han sido hacinados en habitaciones de tres y cuatro camas, recalentadas por el sol y el viento sahariano del verano español, y con sólo un baño compartido con apenas dos duchas en cada planta.


Algunas fuentes precisaron que, gracias a la gestión de algunas ONG, los expatriados serán reubicados bien lejos de la capital española para barrerlos bajo la alfombra.


Como ha ocurrido con otros exprisioneros políticos cubanos que han sido enviados a España con anterioridad directamente desde la cárcel, los presos liberados que acaban de llegar a la península deberán enfrentar la durísima situación económica que sufre ese país sin apoyo alguno del gobierno español a pesar de haber arribado sin recursos económicos ni relaciones de tipo alguno.


Los prisioneros cubanos no pueden esperar ayuda alguna.


A pesar de que el gobierno de La Habana ha apoyado históricamente a los terroristas de la ETA y le ha robado millones a los no tan ingenuos inversionistas españoles en la Isla, el gobierno español persiste en mostrar su rostro más amable a la dictadura castrista, despreciando a su oposición.


El gobierno de Zapatero, no cabe dudas, íntimamente, acepta la calificación de delincuentes con que el gobierno de Castro ha definido a sus prisioneros políticos, al igual que el presidente Lula de Brasil, quien declaró públicamente su completo desprecio hacia el prisionero Orlando Zapata Tamayo, cuando este se inmoló por la libertad de Cuba.


Del gobierno de Zapatero y de la gestión de su carísimo canciller Moratinos es posible esperar cualquier cosa.


El pasado año, el presidente de la Asociación Internacional de Radiodifusión (AIR), Luis Pardo, lamentó las declaraciones de Moratinos, quien había opinado en su visita a Caracas que el nivel de libertad de expresión en Venezuela era "satisfactorio" y que allí existe "un sector de medios de comunicación muy crítico con Chávez"


Pero esto no es lo más deplorable.


Lo más lamentable no es la actitud de la tiranía castrista ni del gobierno español, que, en definitiva, con su labor, aunque a favor de aquella y no en las mejores condiciones, ha permitido la liberación de un grupo importante presos políticos, si bien no todos, ni siquiera la mayoría.


Lo realmente deplorable es absoluta la indiferencia del exilio cubano en Estados Unidos hacia los prisioneros liberados.


A España, no ha viajado ni la más reducida representación de la oposición cubana en el exilio, ni un solo periodista o comunicador, ninguna representación de los medios de Miami, a tenderles la mano a nuestros héroes.


No ha habido ni una colecta ni una marcha ni una reunión.


¿Por qué Saavedra no está con su cilindro frente al consulado español, protestando por el trato dado a nuestros hermanos? ¿Por qué la calle ocho y la Pequeña Habana están tan tranquilas? ¿Por qué nadie agita ninguna bandera cubana frente al Versalles?


A España no ha ido ni irá un solo centavo de los millones de dólares con que el gobierno norteamericano ha ayudado a las organizaciones cubanas en el exilio. Buena parte de los cuales debería haber llegado a las manos de opositores y los familiares de los prisioneros políticos en la Isla.


Contrasta la actitud del exilio con respecto a esta nueva generación de opositores y la recepción dada a los desertores del ejército, la seguridad del estado y las diversas instituciones de la tiranía cubana.


Los "desertores" de la tiranía castrista, tras disfrutar de las prebendas de esta gracias a su "lealtad" al mismo en contra el resto del pueblo, al llegar a Miami, en cambio, han sido recibidos casi como héroe y estrellas mediáticas. Sus "revelaciones" en los medios no han aportado absolutamente nada a la lucha contra la dictadura, con excepción la "indignación" de un exilio desconectado de la realidad de su patria.


Es que la presencia de estos prisioneros, tanto los que literalmente deportan a España, como los que valientemente se negaron a salir de la Isla, le echa en cara al exilio la futilidad de su "lucha" en los últimos cincuenta años.


Un por ciento altísimo de las acciones del exilio, es doloroso reconocerlo,- aunque también hayan aportado su cuota de mártires y prisioneros-, ha ayudado desgraciadamente a la preservación del régimen cubano, justificando su fachada de "plaza sitiada" y, por tanto, la militarización de la nación, el aislamiento y la censura absoluto, la represión y el control total de cada ciudadano.


Todo ello sólo ha demostrado que el odio, el ansia de venganza, la violencia y el terrorismo no pueden derrotar a la tiranía. Esta se alimenta de todo ello, fortaleciéndose y creciendo cada día más, sobre todo en el ámbito internacional. Más aún, el propio régimen ha provocado muchas de tales "agresiones", ya sea a través de sus agentes infiltrados en los grupos opositores u orquestados en operaciones secretas de la propia Seguridad del estado cubana.


En cambio, el régimen ha sido incapaz de resistir la batida de la resistencia pacífica y la desobediencia civil de las damas de blanco, los huelguistas de hambre, los objetores de conciencia y los luchadores por la democracia y el estado de derecho en su propio patio. Por ello, la tiranía castrista se ha visto obligada a recurrir a sus afectos de la Iglesia y el gobierno español para alejar lo más posible a los protagonistas de la nueva oposición, para enviarlos a un exilio donde sabe, por experiencia, que quedarán completamente anulados e ignorados.


La experiencia de 50 años de lucha contra la tiranía cubana nos ha enseñado que los verdaderos protagonistas de la oposición son principalmente los disidentes internos, no el exilio.


Es cierto que muchas organizaciones opositoras internas (y exiliadas) han sido penetradas y controladas por la seguridad cubana. Sin embargo, a pesar de la represión y el control casi total, ha habido hombres y mujeres que han logrado superar todos los obstáculos y se han hecho oír.


Por lo tanto, la única forma de ayudar a la causa de la libertad de Cuba es apoyar a la oposición interna con todos los recursos y divulgar internacionalmente sus acciones.


Es necesario, por tanto, repensar la lucha contra el régimen de Fidel Castro.

No comments:

Post a Comment