Monday, April 19, 2010

CORRUPCIÓN Y MUERTE EN LA HABANA





Es imposible probar si la muerte del ingeniero chileno Roberto Baudrand en Cuba fue accidental o provocada.



Cuanto ocurre en Cuba escapa a toda posibilidad de transparencia informativa o de legalidad.



El hecho de que Baudrand estuviera ligado al escándalo de corrupción que involucra al presidente (ministro) del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba, general Rogelio Acevedo y otros personajes de las altas esferas del gobierno cubano levanta no pocas suspicacias.



Los antecedentes del gobierno de Fidel Castro con respecto a los casos de corrupción de sus funcionarios no dejan de levantar sospechas de que todo sea la punta del iceberg de un hecho más profundo y extenso.



En junio de 1989 el periódico Granma anunció el arresto del general Arnaldo Ochoa y los gemelos Tony y Patricio de la Guardia. Comenzó entonces uno de los procesos políticos más sonados en la historia del gobierno de Fidel Castro. Todo se trató como un caso de corrupción ligado al tráfico de drogas y al enriquecimiento ilícito de varios oficiales de las Fuerzas armadas y el ministerio del Interior cubanos. Como los hombres no son perfectos sino sólo perfectamente corruptibles, este hecho no perjudicaba directamente la ideología revolucionaria ni el prestigio del Partido en su totalidad.



Casi inmediatamente después del fusilamiento del general Ochoa y Tony la Guardia y sus secuaces, fue procesado el ministro del Interior, José Abrahantes en el más absoluto secreto y condenado a 20 años de prisión sin explicación alguna. Año y medio más tarde, el gobierno cubano anunciará su muerte en prisión por un infarto al miocardio. En Cuba, era proverbial la perfecta salud y gran fortaleza de Pepe Abrahantes, quien seguía un riguroso entrenamiento físico, lo que levantará no pocas sospechas sobre las verdaderas causas de su muerte.



A pesar del carácter que le había dado la propaganda castrista al caso del general Ochoa, en la Cuba se rumoraba que el fin de semana anterior al anuncio del arresto de este, un contingente de tropas especiales le había dado caza por toda la barriada de Víbora Park en la Habana a un grupo de oficiales. Estos se habían reunidos en la casa de Amado Padrón, ayudante personal del general Arnaldo Ochoa. Al descubrir que habían sido rodeados, intentaron huir pero todos fueron capturados. Cuentan que, de la casa de marras, los asaltantes sacaron cajas de fusiles, lanzacohetes y otras armas.



En los meses que siguieron al fusilamiento de Ochoa, otro rumor recorrió la ciudad. En la represa Ejército Rebelde al sur de la ciudad de la Habana, se había encontrado sumergido un gran alijo de armas y vehículos perfectamente conservados, hecho que muchos relacionaron con los acontecimientos de Víbora Park.



"Coincidentemente", los procesos de los generales Ochoa y Abrahantes, los coroneles la Guardia, y sus compañeros había sucedido en momentos en que, en Europa del este se estaba dando el proceso de la caída del bloque comunista junto al proceso de la perestroika gorbacheana en Moscú.



A estas alturas, pocas personas dudan que el caso de Ochoa y la Guardia se redujera a un caso de corrupción. Hay un consenso general de que todo fue una intentona política coordinada con los reformistas soviéticos para derribar al gobierno de Fidel Castro junto al resto de los gobiernos comunistas de Europa del este. Igualmente, pocos piensan que muerte del ministro José Abrahantes se debiera a causas naturales. Para muchos, lo más probable sería que Fidel Castro haya enviado a su fiel sicario al infierno con información harto sensible para la estabilidad de su gobierno.



Otro caso reciente de "corrupción" y muerte en prisión fue el del estafador internacional norteamericano Robert Vesco, quien ayudó durante décadas a Castro en todo tipo de negocios sucios -desde el tráfico de armas, drogas, lavado de dinero, etc.- hasta que, por alguna razón, resultó incómodo al dictador, quien lo lanzó a una mazmorra donde murió en circunstancias igualmente inciertas.



Esto son sólo los casos más connotados de sospechas de asesinatos políticos en Cuba aunque ha habido cientos de casos ignorados desde en las mazmorras de la Seguridad del Estado y las prisiones, hasta en las propias filas de las Fuerzas Armadas, del Ministerio del Interior y el Partido para ocultar los más terribles secretos de la dictadura castrista.



El gobierno de Cuba hace mucho que se tambalea, sobre todo desde que Fidel Castro carece de la fuerza física e intelectual para ejercer el control absoluto. Como las ratas acostumbran a abandonar el barco que hace agua, no es descabellado pensar que el general Acevedo estuviera en asuntos que trascendieran el enriquecimiento personal y que su amigo chileno, el ingeniero Roberto Baudrand, conociera algún oscuro secreto que los Castro desean ocultar a toda costa.




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