Thursday, April 29, 2010

LA SOVIETIZACIÓN DE CUBA Y LA GUERRA DE ANGOLA



En el comentario anterior fue dedicado a describir la estructura y el funcionamiento del Partido Comunista en los países del bloque soviético para, a continuación, explicar las estructuras y el funcionamiento del gobierno comunista. Dichas estructuras persisten en Cuba en su forma prístina a pesar de que los que se la impusieron a Fidel Castro han desaparecido hace casi 20 años. Sin embargo, antes de embarcarnos en semejante explicación, es preciso relatar todas las manipulaciones de Fidel Castro para implantar semejantes estructuras en Cuba, que terminará en uno de los episodios más oscuros y trágicos de la historia de Cuba.

Como ya dijimos, el segundo paso de Castro para implantar la sovietización de Cuba fue la remodelación el Partido a imagen y semejanza del resto de los partidos comunistas del COMINTERN. Brezhnev, con la amenaza de retirar el subsidio soviética al gobierno de Fidel Castro, logró convertir a este, de némesis de los partidos comunistas en América latina y África, en su fiel y querido camarada.


Fidel Castro llamará a la realización del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba en diciembre de 1975, a 10 años de su creación. Para su celebración, Castro utilizó su llamado departamento de "contrapropaganda", es decir, su maquinaria secreta de divulgación de rumores entre la población, para levantar expectativas de que el congreso iba a representar un salto significativo en el mejoramiento de las condiciones de vida. Sin embargo, como era lógico, todas aquellas discusiones y discursos interminables estaban dirigidos a ocultar la implantación de las estructuras estalinistas sobre toda la sociedad cubana y hasta en los más remotos rincones de la Isla, expandiendo y profundizando en forma absoluta el poder dictatorial de Fidel Castro. Es por ello que, a pesar de que la sovietización le fue impuesta en forma humillante, este jamás se despojará de la misma.


Ahora bien, lo que nunca comprenderían los soviéticos fue que intentar el control sobre Fidel Castro era igual que tomar a un tigre por la cola. En la década de los 60, cuando Nikita Jruchov tomó al joven Castro bajo su égida, subsidiando totalmente su gobierno, este jamás había aceptado las reglas del COMINTERN. Desde un principio retó los dogmas de la ideología marxista leninista del Partido comunista soviético. Así, promovió en la Isla toda una serie de conversatorios y conferencias de todas las tendencias antisoviéticas del marxismo y el radicalismo internacional. Por otra parte, se embarcó en todo tipo de aventuras políticas, contrarias a la política de "coexistencia pacífica" soviética y de los partidos comunistas de los países del tercer mundo. Así, promovió movimientos terroristas en toda América latina, África y Asia, ignorando y hasta combatiendo los partidos comunistas del COMINTERN soviético.


Cuando todo parecía ya bajo control en la Isla, tres meses antes de la celebración del primer congreso partidista en Cuba, un contingente cubano aterrizará en el aeropuerto de Luanda, la capital de Angolana, iniciando una guerra que arrastrará a los soviéticos a una cadena de aventuras internacionales que terminarán conociéndose como la "política Brezhnev".


Fidel Castro es incapaz de aceptar el papel de simple gobernador de una provincia colonial soviética. Su protagonismo es incapaz de contenerlo el globo terráqueo. Su intervención en el conflicto angolano fue el vehículo de escapar a tan vergonzoso destino.


Nadie sabe la razón de la aventura militar de Fidel Castro en África ni cómo convenció a los soviéticos para que lo secundaran. El pretendido sirviente había embarcado a sus señores en una aventura con ninguna posibilidad de triunfar.


Los grandes beneficiarios de la guerra angolana no fueron ninguno de sus protagonistas. Los angolanos de todos los bandos pusieron los muertos y el desastre económico y social de su país que sólo ahora, poco a poco, al cabo de 20 años, han comenzado a superar muy lenta y gradualmente. Tampoco, la intervención cubana en Angola tuvo ni remotamente nada que ver con la caída del apartheid en Sudáfrica como nos han querido vender. Mucho menos significó ganancia alguna para la URSS ya que drenará gran parte de sus recursos y los conducirá, a la larga, a su desmoronamiento.


El pueblo cubano será uno de los peores perjudicados de los 13 años de guerra angolana, de la que sacó varios miles de muertos, heridos y mutilados, amén de la inutilización durante todos esos años de gran parte de sus recursos materiales y humanos.


Paradójicamente, los inmediatos beneficiarios de la guerra de Angola fueron los enemigos de la revolución, el socialismo, y la URSS, es decir, los norteamericanos, más específicamente, los grandes intereses petroleros angloamericanos. Estos aún dominan el subsuelo de Cabinda. En esta provincia angolana, se produjo una de las batallas más cruentas que protagonizaron los cubanos, quienes ofrendaron cientos mártires y verdaderas muestras de heroísmo al pie de los pozos de petróleo de la Standard Oil, la Shell y la Texaco.


No se sabe aún cómo Fidel Castro logró engatusar a los soviéticos de forma tal que, tras la celebración del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba y el comienzo de la guerra africana, el primero de mayo de 1976, el Kremlin le condonara completamente la deuda de Cuba. Esta fue una de las mayores victorias del gran estafador cubano, quien recuperó su protagonismo político internacional a pesar de aparentar la absoluta subordinación a los designios del Kremlin.


En 1976, pesar de sus victorias personales, Fidel Castro tenía aún que conjurar uno de sus mayores demonios: cómo convencer a buena parte de sus compañeros y afectos para que aceptaran la imposición de una constitución de corte soviético cuando él se había negado renuentemente a reinstaurar la Constitución de 1940. Este había sido motivo principal de la revolución que, liderada por él, había triunfado en enero de 1959. Como veremos en el próximo comentario, logar la aceptación general de la constitución socialista fue una de las historias más oscuras del gobierno de Fidel Castro.

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